parte VIII
Al comprometerse la hermana de zafiro, la casa estaba en
constante movimiento, hasta que el dia de la boda llego, no era algo muy grande.
Esta se organizó en el patio de la casa Sandoval. Cerca del altar había unas
hermosas rosas blancas y unas que otras rojas, la torta era una maravilla, seis
pisos de dulce sabor, color ámbar, al lado una linda cascada de chocolate las
copas junto al champan, manteles color beige, sillas en fila con unos hermosos
listones de color crema con una rosa azul en medio.
El novio en el altar vistiendo un traje negro con una rosa
blanca en el bolsillo de su chaqueta.
Por otro lado la novia todavía no se presentaba, tenía a
todo el mundo nervioso, pero es algo típico de las novias llegar un poco más
tarde que el novio, quince minutos
pasaron y nada hasta que a lo lejos se acercó corriendo un sirviente, el cual
dijo que la señorita Martina se había marchado minutos después de que el novio
subió al altar.
Desde lejos se podía ver la expresión de enojo de Daimon, el
tomo la rosa que tenía en su chaqueta lanzándola
lejos y se fue a su habitación.
En la habitación de Daimon.
-
Pero que se cree esa chica al dejarme en el
altar. Mientras caminaba de un lugar a otro.
Entonces se escuchó que tocaban a la puerta y decían
-
Sr Daimon… ¿se encuentra bien?
Pero Daimon no contesto, estaba muy metido en sus
pensamientos.
-
Nadie me hace esto. Ya verán de lo que es capaz
Daimon Du Pont. Se repetía una y otra vez en su mente.
Por otro lado los padres de Martina, la madre estaba furiosa
por los chismes que se irían a crear el padre por el contrato que podría perder
y no solo eso, Daimon podría destruir a la familia Sandoval con solo una
palabra.
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